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GUERNICA: EL PRIMER EXILIADO

(Picasso y Ron English: inspiración artística y social)

María Arnedo


     Pocas obras de arte han simbolizado como el Guernica (Pablo Picasso, 1937) la lucha por la libertad, los horrores de la guerra y especialmente las consecuencias de ésta —el exilio, la huída, la angustia...— Se ha escrito y especulado mucho acerca de este cuadro, intentando descifrar los múltiples significados y los detalles más anecdóticos (como por ejemplo el significado del toro y del caballo). El propio Picasso afirmó: «Todo el mundo quiere comprender la pintura. ¿Por qué no intentan comprender el canto de los pájaros? ¿Por qué a la gente le gusta una noche, una flor, todas las cosas que rodean al hombre, sin tratar de comprenderlas? En el caso de la pintura, en cambio, se quiere comprender. Quienes intentan interpretar un cuadro, casi siempre se equivocan» (1935). No es por tanto mi intención especular sobre dichas interpretaciones, ni tampoco observar las condiciones histórico-sociales en las que el Guernica fue producido, aunque en este caso sean especialmente relevantes a la hora de contemplar la obra. A modo de excusa ante tal omisión podemos decir que el Guernica es ante el espectador una imagen clara del horror producido por la guerra, que no requiere de más explicación para su contemplación. El Guernica fue en principio un enorme cartel propagandístico en contra del fascismo. Representó un testimonio del bombardeo sobre Guernica, un reflejo del dolor de la población vasca, una clara denuncia hacia la Guerra Civil, y una reivindicación de la democracia. Sin embargo no se trata sólo de eso: el Guernica pasó a ser un grito de libertad, un alegato contra la guerra —cualquiera—, contra la barbarie y las atrocidades producidas por la sinrazón humana.


"Guernica" de Ron English

 

     Pero además el Guernica personificó la cultura del exilio. De hecho podemos afirmar que los tres, Picasso, el Guernica y el exilio son elementos casi indisolubles. El cuadro, en su condición de “primer exiliado”, primero desde Francia, más tarde desde Nueva York, sirvió durante 40 años como elemento de denuncia de la usurpación del poder que perpetró el franquismo español al gobierno republicano. El Guernica en definitiva se convierte en emblema de la población exiliada, que llegó a adoptar la obra como icono cultural. Antes de pasar a la repercusión artística y social que el cuadro ha tenido en colectivos y autores concretos, creo que es significativo señalar que la obra ha sido definida en varias ocasiones como «un grito en la pared», un bofetón en la conciencia del espectador. Este poder de impacto y el inequívoco mensaje de denuncia son quizá los factores que han permitido la actualidad y vigencia del cuadro y su uso por parte de diversos artistas o colectivos contestatarios.

     Así, si bien el Guernica es ante todo la personificación del dolor del exilio, sus múltiples significados no acaban ahí. Han pasado casi 70 años desde la creación del Guernica y éste y su complejo sistema simbólico siguen siendo hoy en día motivo de polémica y de inspiración para diversos artistas. Los estudiosos siguen dando interpretaciones, la obra ha sido objeto de todo tipo de imitaciones, y su uso se mueve entre un abanico que sobrepasa lo artístico y va desde lo pedagógico —está presente en innumerables programas universitarios— hasta lo social y reivindicativo. Como ejemplos citaré sólo tres: el Guernica es símbolo de la organizacion Coepra (exiliados políticos de Argentina), se ha utilizado en el exitoso proyecto “Kid’s Guernika” (proyecto pacifista en el que un reducido grupo de artistas recorre escuelas a nivel mundial y colabora con los niños creando lienzos del mismo tamaño que el Guernica original, como símbolo de protesta contra el belicismo), y, en la otra cara de la moneda, podemos citar la controversia que surgió en 2003 cuando el mural inspirado en el Guernica que se exhibe en el edificio de las Naciones Unidas de Nueva York fue deliberadamente cubierto ante las cámaras de televisión cuando el secretario de estado Colin Powell hubo de hacer declaraciones sobre la guerra contra Irak.

"Fire Guernica" de Ron English

"Bombing begings in 5 minutes" de Ron English


     Dentro de nuestras fronteras es especialmente interesante el trabajo realizado por el Equipo Crónica, cuyos componentes desarrollaron su labor entre 1965 y 1981 y realizaron una serie de obras artísticas tomando como base el Guernica original. La reinterpretación de iconos del arte y el uso artístico de los medios de masas y de comunicación, herramientas en las que se basaba el trabajo pictórico del Equipo Crónica, sirvieron en el caso particular de la serie dedicada al Guernica para realizar una crítica mordaz contra la dictadura franquista.

     El Guernica sigue siendo un icono tan poderoso que podemos afirmar que se ha convertido recientemente en la proyección del exilio del siglo XXI y de las consecuencias de la globalización. A este respecto y en particular me gustaría presentar la obra de Ron English, artista norteamericano cuya obra —aunque con una recepción a menor escala— sigue siendo tan controversial como el propio Guernica. Ron English es considerado una de las figuras clave del arte pop norteamericano, caracterizado por su dimensión ecléctica y subversiva. Es especialmente conocido por lo que se denomina “billboard modification”, apropiación y modificación ilegal de carteles publicitarios en calles, carreteras o cualquier tipo de vía publica, con fines artísticos y reivindicativos, actividad a la que se ha dedicado desde comienzos de los 80 y por medio de la que ha llegado a “piratear” casi mil carteles publicitarios («es hora de que las calles vuelvan a pertenecer a los peatones, no a las multinacionales», dice English). Este polifacético artista ha expuesto en galerías y museos en todo el mundo y además se dedica a la fotografía y a la música underground. Ron English, en varias de sus creaciones, toma los elementos del Guernica original como base sobre la que construye un discurso contestatario, sirviéndose para ello de aportaciones de la cultura de masas e iconos de la cultura “pop”. Su protesta se dirigirá no ya contra las atrocidades de la guerra, sino contra otro tipo de masacre, menos evidente y más subliminal: la producida en la sociedad por las multinacionales y por el consumismo exacerbado que erige ídolos falsos tomados de la cultura basura.

"Football Guernica" de Ron English

 

"Cowgirl Guernica" de Ron English


     Veamos algunos ejemplos. En esta primera versión del Guernica Ron English toma los elementos del cuadro original interpretándolos de una manera personal, dejando ver su sello artístico: lo más característico es que las formas cubistas se sustituyen por formas redondeadas, pero los demás elementos, los componentes básicos (la estructura, el número de figuras, el sol, el uso de blanco y negro, etc) se van a mantener intactos. Nótese no obstante que la espada ha sido sustituida por una pistola, y si miramos detalladamente, veremos que la figura que sale de la ventana sostiene un arco y decora su cabeza con plumas. Nos encontramos ante una particular escena de “indios y vaqueros”. El mecanismo de protesta de Ron English ya se ha puesto en marcha.

     Algo parecido se observa en la pintura titulada Fire Guernica, en la que la estructura principal se ha dejado intacta, como se puede ver por medio de las siluetas, en cuyo interior el artista ha obrado el cambio principal mediante la representación del fuego; por medio de éste se dota a la idea central de destrucción y violencia de un fuerte impacto visual. Pero el artista irá más lejos: en la obra Bombing begings in 5 minutes (cuyo título ya denota cierta ironía), el artista reconstruye todos los elementos descompuestos en la obra original para recrear así los momentos anteriores al bombardeo: son evidentes la armonía, el ambiente de paz en los rostros tranquilos, la presencia de color. Gracias a esta pintura se le ofrecen al observador las pautas para interpretar el Guernica original: el soldado no era más que un jinete, ofreciendo una flor a una dama. English acaba con toda la simbología añadida al Guernica de Picasso, pero no por ello el impacto de la obra picassiana disminuye, al contrario; la obra del artista malagueño se nos desvela como una escena de devastación y desolación sin par, en un espacio en el que momentos antes todo se desenvolvía pacíficamente. En definitiva por medio de ese juego del antes y el después, por medio del contraste, la obra picassiana se nos aparece ahora más desgarradora.

 

"Snoopy vs. The Simpsons" de Ron English


     Adelantábamos antes que English toma elementos de la cultura de masas y de su cultura natal, la norteamericana, para realizar un discurso contestatario. Muestra de ello son las obras tituladas Football Guernica y Cowgirl Guernica, en las que se toman dos estandartes de la cultura norteamericana como son el rugby y la temática del Far West: a la vez que sirven de base para la obra artística, el artista se rebela cínicamente contra ellos, valiéndose del contexto sobreentendido, implícito, que supone el Guernica original. Los elementos en Football Guernica son aún muy similares a los de la obra original; la transformación será más evidente en Cowgirl Guernica, donde ni siquiera el número de figuras coincide con el original y se juega más con la recepción y la capacidad de evocación del espectador.

     La protesta y subversión se hacen totalmente evidentes en las composiciones Snoopy vs. The Simpsons y Guernica 3d. Qué más emblemático de la cultura de masas norteamericana que Los Simpson, icono televisivo, Snoopy, ídolo infantil atemporal, o Mickey Mouse, todo un fenómeno cultural en sí mismo. Todos ellos quedan desmitificados y deconstruídos en sendas composiciones: ya sea como víctimas o como verdugos. Fijémonos que en estas dos obras se introduce por primera vez un elemento que quedaba omitido incluso en el Guernica original: me refiero al aviador y al caza, también a los misiles. El avión parece ser una reproducción (aunque a escala de juguete) del alemán original; lo más perturbador es que sea el bondadoso rostro de Snoopy el que figure como su piloto, o un malévolo Mickey en el segundo caso, que queda así estigmatizado como destructor de la sociedad norteamericana. En esta obra, además, la escena se representa desde arriba, desde la perspectiva del avión bombardero, quedando de nuevo reflejada por primera vez la situación del enemigo, ajeno al sufrimiento de la víctima.

"Guernica 3d" de Ron English


     El proceso de crítica, análisis y deconstrucción de la sociedad capitalista por medio de la mirada irónica y siempre tomando como base el Guernica de Picasso alcanzará su cumbre en la composición Times Square, en la que Ron English toma el mayor número de emblemas culturales y representativos de las grandes multinacionales y corporaciones: Warner, Virgin, Mc. Donald’s, etc, entidades de alcance masivo que forman y modelan los modos culturales especialmente en la sociedad norteamericana. La fragmentación, en manos de Ron English se dará, no ya por el uso del cubismo o la presencia de cuerpos desmembrados, sino en la simbiosis un tanto siniestra de algunos de estos iconos, dando lugar a una imagen desconcertante y caótica, tanto como el panorama actual cultural norteamericano: Minney con las piernas de —quizá— Marilyn, un injerto de Piolín, Mickey y superhéroe... Sin embargo y si prestamos atención veremos que las figuras se corresponden una a una con las del Guernica original, desde la mujer con el candil en la mano (sustituida por Superman) hasta el toro (una grotesca mezcla del Demonio de Tazmania y Goddzilla). Sólo en el centro se ha introducido una figura nueva que preside el conjunto: como las demás, se compone de piezas inconexas entre sí: el cuerpo de Mickey (una vez más) que luce como cabeza el sello y firma particular de Ron English: dos peces abrazados y componiendo la única imagen armónica de la obra. Esta en definitiva capta el panorama apocalíptico y confuso de una sociedad en descomposición, el grotesco espectáculo posible por obra de las multinacionales.

 

"Times Square" de Ron English


     En todas estas obras el espectador y su recepción cobran una especial relevancia. Vemos que el resultado y la reacción provocados, en definitiva, no vienen a ser muy diferentes de los que fueran el propósito a la hora de generar la obra picassiana. Ambas obras, la de English y la de Picasso, suponen un acatamiento del arte como instrumento reivindicativo, como herramienta de protesta, como único espacio en que es posible la libertad, en una sociedad que la niega o la censura. Si bien el objeto de la crítica se desplaza en la obra del pintor norteamericano (obviamente, ya no es la España represora y franquista, sino la sociedad norteamericana, materialista y consumista), el producto final y su recepción causan el mismo impacto en el público: tanto el Guernica de Picasso como las posteriores elaboraciones e interpretaciones de English jamás dejarán impasible al ojo espectador.


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